Los Beneficios de la Predicación Catequética

Los Beneficios de la Predicación Catequética

La predicación catequética es otra clase de predicación bíblica
Escrito por el pastor William Boekestein
Traducido por el pastor Pablo Landázuri

¿Cómo respondería usted si su ministro comenzara su sermón de la tarde diciendo: «Nuestro sermón viene de Día del Señor 1 del Catecismo de Heidelberg?» Para algunos de nosotros esto sería normal. Pero para otros sería una extraña manera de comenzar un sermón.

Por aproximadamente 450 años, ésta ha sido la norma para los miembros de las Iglesias Reformadas holandesas. Sólo unos pocos años después de que el Catecismo de Heidelberg fuese escrito (1563), los ministros comenzaron a usarlo como una ayuda para predicar las doctrinas centrales de la fe. Esta tarea se vio favorecida por el hecho de que las 129 preguntas y respuestas se presentan en cincuenta y dos secciones llamadas «Días del Señor.»

¿Pero es esta práctica útil hoy en día? Más importante aún, ¿es correcto utilizar un documento hecho por el hombre como material de predicación?

Para responder a la segunda pregunta, la predicación catequética no es más que una clase más de predicación bíblica. En algunos sermones el ministro expone un texto. Cuando predica del catecismo, sin embargo, él predica una serie de textos que forman un tema unificado. Un ministro lo explicó de esta manera: “En algunos sermones tú escucharás una predicación «textualmente específica»; mientras que, en otros, escucharás una predicación «tópicamente específica». En la predicación catequética «el ministro toma toda la Biblia como su texto y muestra a su rebaño cómo las diferentes partes de la Escritura tienen relación con una u otra enseñanza Bíblica en particular.»

En lo que sigue espero demostrar los beneficios de la predicación catequética, no tanto para defender una tradición eclesiástica, sino para ayudarnos a desear la leche no adulterada de la Palabra (1 Pedro 2:2) predicada catequéticamente.

Beneficios Educativos

La predicación catequética es una buena herramienta de enseñanza. Cada sermón tiene (o debería tener) una estructura. Cuando se predica catequéticamente el ministro utiliza el catecismo como la estructura del sermón (y de su serie de sermones). El catecismo ofrece una buena estructura; es una basada en la de la carta de Pablo a los Romanos, enseña las realidades más profundas de la vida; desde la culpa generalizada de toda la humanidad, a la asombrosa gracia de Dios, a la vida genuina del creyente en gratitud. Al igual que un gran maestro, el catecismo comunica estas verdades profundas a través de preguntas y respuestas. John Milton Gregory explicó que una de las reglas más importantes de la enseñanza es preparar preguntas provocadoras pensadas de antemano. No es sorprendente que la Biblia use con mucha frecuencia este método (por ejemplo, Miqueas 6:8, Marcos 8:29, 36).

Beneficios Bíblicos

A veces se sugiere que las confesiones hechas por el hombre usurpan la autoridad de la Escritura. Pero, por la misma forma en que el Catecismo maneja la Escritura, se nos enseña a someternos a Dios y su Palabra. Los llamados «textos de prueba» son como flechas que apuntan a los lugares en las Escrituras donde los lectores pueden explorar las grandes verdades de la fe cristiana. Abraham Kuyper dice que son como señales que proclaman: «De estas minas este oro se ha excavado.» Por ejemplo, la pregunta y respuesta diecinueve ofrece más de veinticinco textos para ayudarnos a entender mejor el Evangelio y como éste nos enseña acerca de Cristo nuestro mediador.

La predicación catequética también honra la Escritura ayudando al ministro a contar la historia de la Biblia. Cuando el Catecismo explica el Credo de los Apóstoles (Días del Señor 8-22) comienza con Dios y la creación. De ello se desprende la historia redentora para entonces desarrollar el plan de salvación de Dios en Cristo. El Catecismo reconoce el ministerio crítico del Espíritu Santo que vino a empoderar a la iglesia para marchar hacia adelante bajo la bandera de Cristo, esperando que venga el gran día de la restauración y la vida eterna.

Beneficios Doctrinales

El Catecismo no es sólo una serie de textos, sino una presentación organizada de los grandes temas de la Biblia. Alguien ha dicho muy bien que «Toda la Escritura, no sólo algunas partes de ella, son explícitamente o implícitamente doctrinales en contenido.» ¡La doctrina es el primer uso declarado de las Escrituras! (2 Tim. 3:16).

El Catecismo puede ayudar a los pastores a predicar la doctrina bien. Sin una estructura organizada que ha sido probada a través del tiempo algunos ministros podrían dejar de edificar a sus congregantes en ciertas verdades esenciales del cristianismo (por ejemplo, El Credo, los sacramentos, la oración, los Diez Mandamientos). El Catecismo ayuda a los ministros a especializarse en lo más importante y evitar sermones desequilibrados que puedan seguir la agenda personal del pastor.

La predicación de Catecismo también puede ayudar a los feligreses a saber lo que creen y por qué lo creen. La mayoría de las Iglesias tienen declaraciones de fe, incluso cuando son mínimas y poco visibles. Pero cuando las Iglesias minimizan la doctrina, los feligreses pueden estar oyendo mucho sobre cómo ser una persona de éxito, pero saber muy poco de la fe cristiana.

La predicación catequética puede hacer creyentes doctrinalmente fuertes que no caerán presa de todo viento de doctrina (Ef. 4:14).

El Catecismo ayuda a la iglesia contemporánea a resistir el impulso de la innovación doctrinal. Charles Spurgeon habló a nuestros tiempos cuando dijo: «Tenga la seguridad de que no hay nada nuevo en la teología, excepto lo que es falso …» Los creyentes deben aplaudir la creatividad, pero no en la doctrina. La doctrina es un fideicomiso, un depósito (Judas 3). El Catecismo nos une con nuestros predecesores, así como con los cristianos de nuestros días al confesar el Cristianismo esencial.

Beneficios Experienciales

La predicación del Catecismo enfatiza la aplicación enfocada en el corazón al unir la doctrina y la vida. El Catecismo responde a la pregunta que muchos asistentes se preguntan después de un sermón: «¿cómo es esta información útil?» La palabra «beneficio» se usa ocho veces en el Catecismo. Por ejemplo, «¿Cómo nos beneficia la resurrección de Cristo?» (P. 45). O, «¿De qué ventaja es para nosotros la ascensión de Cristo al cielo?» (P. 49). El Catecismo aborda preguntas directas sobre el uso de los sacramentos (P/R 67) y preguntas más específicas como: «¿Quiénes deben venir a la mesa del Señor? (P/R 81). «

El Catecismo es rico en material devocional que tiene por objeto calentar el corazón, así como informar a la cabeza, promoviendo así la piedad personal. Varias de las preguntas pueden ser utilizadas como oraciones con unos pocos cambios de palabras. Desde la primera pregunta sentimos el énfasis de los autores en la piedad experiencial por el uso de pronombres personales: «¿Cuál es tú único consuelo tanto en la vida y en la muerte?» Asimismo, la pregunta y respuesta veintiuno subraya la importancia de la apropiación de los beneficios de Cristo a través de la fe personal. Claramente, el Catecismo fue escrito por autores que estaban íntimamente familiarizados con la piedad personal del Salterio.

El Catecismo nos puede ayudar a un mejor sondeo de las profundidades de las riquezas de nuestra gran salvación. Cuando bendecida por el Espíritu Santo, la predicación catequética enciende en nuestros corazones el amor por el Dios que nos ha salvado por su gracia infinita. ¿No es eso lo que toda predicación está destinada a hacer?

William Boekestein es pastor de la Iglesia Immanuel Fellowship en Kalamazoo, Michigan, y es autor de varios libros, entre ellos un libro ilustrado para niños de introducción al Catecismo de Heidelberg que se llama, «La búsqueda de la comodidad: La historia del Catecismo de Heidelberg.» Este artículo ha sido traducido y utilizado con permiso del autor.